Galgos en Argentina II

En el primer informe te acercamos una historia, una de tantas, que da cuenta de qué significa ser usado como competidor. Las modalidades de cada explotación cambian, generando diferentes tipos de opresión y, por lo tanto, diferentes circuitos de sufrimiento y muerte. El animal no humano es, en todos los casos, un instrumento de lucro: la esclavitud siempre está presente.

En Mercedes, provincia de Buenos Aires, el circuito clandestino de las carreras de galgos incluye todo tipo de crueldades y abusos que dan cuenta de hasta donde se puede llegar cuando se usa a un ser sintiente, en este caso además un ser sumamente frágil y dócil, para literalmente extraerle hasta la última gota de sangre en el menor tiempo posible, por ejemplo usando drogas y prácticas espantosas. Cuando no sirven más para el propósito por el que se los mantiene, se los «descartan».

En un basural de Mercedes, un galgo de alrededor de un año y medio fue encontrado el 28 de febrero del 2015 por quienes lo rescataron de una zanja.

Tenía un dedo quebrado, también la cola, ambos mal soldados. Su lomo estaba lleno de aceite de auto usado, el “remedio” barato que algunos aplican para “curar” la demodexia.

Es fácil ver sus heridas externas. No tanto las internas: el miedo y la desesperación. Pero no necesitamos que las expresen con palabras si “sabemos” y queremos interpretarlos. Onur, así se llama hoy, se quedó con quien le ha curado las heridas, las externas y las internas. En la foto superior de esta página podés verlo recuperado. Por dentro también, aunque no se olvida.

La mayoría de los galgos no “corren” esta suerte. Como la mayoría de los animales no humanos que explotamos sin ninguna necesidad.