Aventuras en el mundo de la (ir)racionalidad

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Gary Francione | oct. 27, 2007 | Traducción: Ana María Aboglio. Ediciones Ánima

© Gary Francione. © Traducción: Ana María Aboglio © 2007 Ediciones Ánima
Texto perteneciente al Blog personal de Gary Francione.
27 de octubre de 2007

Nosotros, los humanos, afirmamos tener una especie de característica “especial” que justifica nuestra explotación de los no humanos. Una de esas supuestas características es que nosotros somos supuestamente racionales y ellos supuestamente no lo son. Cuando consideramos que son los humanos quienes construyen armamento nuclear y quienes destruyen el mismo medio ambiente necesario para sustentar la vida, incluyendo las nuestras –sólo para citar dos tipos de comportamientos humanos irracionales– la racionalidad que afirmamos tener suena más bien vacía. Pero de tiempo en tiempo, ciertos ejemplos de la extraña especie que somos, realmente me afectan. Me gustaría compartir con ustedes una experiencia reciente.

Vendiendo brazaletes contra el cáncer de mama y vendiendo cáncer de mama.

Ahora no tengo otra opción que comprar mis vegetales orgánicos en Whole Foods, porque el negocio local de comida sana donde antes compraba, y que estaba exactamente entre dos Whole Foods en la misma avenida, ha cerrado. El otro día estuve en Whole Foods comprando un poco de repollo y acelga, y cerca de la caja había un exhibidor recordando a los clientes que octubre era el Mes Nacional del Cáncer de Mama. Se alentaba a los clientes a comprar brazaletes rosas, de manera que ellos pudieran apoyar la “cura”. Whole Foods está donando una parte de lo que proviene de la venta de los productos Pink United a la investigación del cáncer y a la concienciación acerca del cáncer de mama, y está patrocinando seminarios acerca de la salud de la mama.

Este es un Mercado –una cadena de mercados– que vende toneladas de carne y productos lácteos. Claro, claro, Whole Foods vende carne, lácteos y huevos “felices”, con el apoyo de los defensores animales líderes, pero, hasta donde yo sé, no hay nada que indique que los productos animales “felices” no están relacionados con el cáncer, incluyendo el cáncer de mama, así como algunas otras enfermedades que son celebradas otros meses.

La mujer que estaba enfrente mío en la caja, tenía el carro de compras absolutamente repleto de carne y varios productos lácteos, incluyendo yogurt Stonyfield, que lleva el sello de aprobación de nada menos que de la defensora de los animales Jane Goodall. Ella compraba uno de los brazaletes rosados.

Pero nosotros somos racionales; ellos no lo son.