Sus pieles
Cría en cautiverio
Huyendo de los defensores de la vida silvestre, la industria de las pieles pretende, criando visones, zorros, chinchillas y otros bellos mamíferos en sucias y estrechas jaulas de alambre, entrampar ya no a los animales salvajes, sino a los que todavía coquetean con el disfraz de la inocencia.
Unos 30 millones de animales son obligados a vidas miserables hasta el momento de ser asesinados. La medida estándar de las jaulas es de 70 centímetros de largo, 20 a 30 cm. de ancho y 40 cm. de altura. En estado salvaje estos animales viven en territorios amplios. Un zorro ártico, por ejemplo, recorre un radio de entre 800 y 6000 hectáreas.
Las dos especies más comúnmente criadas son el visón y el zorro. Dinamarca es la mayor productora de pieles de visón y Finlandia de zorro. En menor número chinchillas, perro-mapaches, nutrias, linces, hurones y conejos. El cordero Karakul, de Afganistán, es matado inmediatamente después de nacer para obtener el astrakán, cuando su pelo está en óptimas condiciones.
Dos millones de perros y gatos son asesinados anualmente en el gran negocio de la piel en China, Tailandia y Filipinas. Como son vendidos bajo seudónimo, el comprador adquiere por ejemplo wild cat, Goyanki o Katzenfelle, y no productos provenientes de gatos.
Como en toda explotación institucionalizada, el animal es convertido en objeto para ponerlo al servicio de la optimización de las ganancias de los propietarios. Viven sólo una fracción de la duración natural de sus vidas. Viven con miedo, estrés, enfermedad, parásitos, agudos disturbios psicológicos y continuos problemas físicos provocados por el confinamiento. Es común la autoagresión y el «comportamiento estereotipado», típico también del animal en el zoológico : la falta de motivación, la soledad, la frustración, la ansiedad extrema, la inmovilidad. Se los alimenta con desechos de carne que ni siquiera sirven para ser utilizados en la industria del alimento balanceado para los animales de compañía. El agua es suministrada en diminutos recipientes ajustados a cada jaula.. En invierno le agregan una solución anticogelante -nociva para el animal- con el objeto de evitar que el agua se convierta en hielo.
Se los manipula genéticamente para obtener animales con determinados colores de pelajes, mutaciones que también les deparan graves problemas físicos. El visón blanco, por ejemplo, es completamente sordo. Las hembras son también manejadas hormonalmente para la obtención de una mayor cantidad de crías, muchas de las cuales mueren apenas nacidas por extrema debilidad.
Como todo animal confinado, es muy susceptible a contraer enfermedades, especialmente infecciosas: enteritis viral, neumonía. También afecciones vesiculares y de la vejiga. Por supuesto no faltan pulgas, garrapatas, piojos y otros ácaros, a los que se agregan las enfermedades transmitidas por la gran cantidad de moscas que pululan atraídas por las enormes pilas de excrementos amontonados por meses.
Estos animales, que en libertad encontrarían la manera de protegerse del calor a pesar de su pelo abundante, lo sufren intensamente en verano, al no poder refrigerarse por ejemplo, con baños de agua.
Los matan provocándoles un alto grado de dolor. Como en toda esclavitud, prevalece el interés del amo sobre el del esclavo cuando ambos intereses se enfrentan.
Para cuidar el valor de la piel:
- Los animales pequeños son metidos en grupos en cajas para ser gaseados con monóxido de carbono, caliente y sin filtrar, muchas veces provenientes de caños de escape. Como no es un método 100% efectivo, muchos despiertan mientras se les está arrancando la piel.
- Los animales más grandes son sujetados con potentes abrazaderas que aprisionan sus hocicos por los labios, mientras se les inserta una barra en sus anos para darles una dolorosa muerte por electrocución.
- Se usa también estricnina, veneno que conduce a una muerte prolongada y dolorosa por sofocación y parálisis muscular.
- Cuando se les administra una inyección letal se utilizan venenos que producen lentas y dolorosas muertes: el fenobarbital sódico -la droga preferida para matar a los animales de compañía por no producir demasiado sufrimiento- no se usa porque debe ser administrada por veterinarios, lo que encarecería el costo del negocio.
Trampas
Zorro ártico, zorro rojo, zorro gris, zorro plateado, lobo, castor, zorrino, gato montés, mapache y perro-mapache, lince, coyote, chinchilla, visón, rata almizclera, nutria, ocelote, mofeta, conejo, glotón estadounidense, comadreja, ardilla. Estas son las especies atrapadas.
A ellos aguardan diversas trampas. Tan común como espantosa , prohibida ya en más de 80 países, es la «steel jawed trap«, cuyas garras de acero están preparadas para apresar en profundidad las patas, desgarrando ligamentos y haciendo añicos los huesos. Al dolor intenso se suma la desesperación de no poder escapar : intentándolo el animal se rompe los huesos, los tendones y los músculos y se quiebra los dientes mordiendo la trampa. La sed y el hambre aumenta con el transcurso del tiempo. El animal a veces llega a masticar su pata o a quebrársela en el intento de escapar, sobre todo las hembras que ha dejado esperando a su cría. Hasta que, a veces después recién de semanas, mueren desangrados, por frío, por inanición. Si el trampero lo encuentra vivo lo ejecuta :
- Rompiéndole el cuello enlazando su cuerpo a una vara para doblarlo sobre la misma.
- Estrangulándolo o ahogándolo por sofocación después de golpearlo en su cabeza.
- Apaleándolo, el método más común.
- Ahogándolos en agua, método recomendado para la rata almizclera, el castor, el mapache y el zorrino. Se los suele herir con tiros de rifles previamente.
No son trampas selectivas. Si no encuentran una pata, dejan pasar cualquier otra parte del cuerpo. Tampoco conocen de especies, por lo que inevitablemente atrapan también a los «non-target», o «trash», los animales no buscados : perros, gatos, ardillas,conejos, patos, cisnes, águilas. La proporción va desde 3 a 10 animales no buscados por cada animal buscado. Si para un abrigo de visón se necesita destrozar a 60 visones salvajes, se sumarán a ellos por lo menos 180 animales no buscados.
Todos estos datos no son aproximaciones a lo que sucede, sino que están verificados por numerosos estudios e investigaciones.