Sus Cuerpos: porcinos

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Con una división en categorías que incluye capones, chanchas, lechones, cachorras/os, se matan por año miles de porcinos.

Ni ridículos ni sucios, los cerdos se caracterizan por su limpieza y sociabilidad. Se adaptan perfectamente como animales de compañía y su inteligencia no es menor que la de un perro. Convertidos en «mutantes» genéticos en las factory farms, sufren problemas crónicos en sus huesos debido al enorme peso al cual son inducidos.

En las granjas de cría intensiva, los cerdos viven en chiqueros con piso entarimado para que el excremento caiga debajo de ellos en una especie de bandeja, eliminando de este modo la necesidad de limpiar. Los animales nunca tocan la tierra durante los 4 meses que pasan en el lugar. Lejos se encuentran del habitual chiquero con paja. Estas condiciones de vida los alteran física y emocionalmente. Polvo, amoníaco y vapor procedente de la orina impregnan todo el lugar.
Los trabajadores pasan allí un tiempo muy limitado, obligados a utilizar máscaras debido a la intensa contaminación ambiental. Lamentablemente, los cerdos no pueden elegir: soportan día y noche la erosión que sobre sus pulmones produce el aire amoniacal.. De acuerdo a numerosos estudios, un gran porcentaje de cerdos sufren de neumonía, pero sale muy oneroso ventilar el lugar. El denominado «Síndrome de Estrés Porcino» (SEP) provoca jadeos, ansiedad e inclusive muerte repentina.

La superpoblación de animales tiene como objetivo la reducción de costos. Cuando un animal camina o está en movimiento, el alimento que se le suministró se quema en forma de calorías. Los productores tratan de mantenerlos tan inmóviles como sea posible, y asegurar de esta manera que todo el alimento se almacene en el cuerpo para comercializar más rápidamente la carne. El hacinamiento aberrante provoca altos niveles de agresión que resultan en luchas a veces fatales. Por este motivo se les corta el el rabo, para evitar que el intenso estrés les lleve a mordérselos con el consiguiente derrame de sangre que podría conducirlos a un mayor grado de agresión. El corte es tan sin anestesia como el que se hace para castrarlos a fin de mantenerlos mas tranquilos.

Las cerdas son forzadas a vivir en condiciones tan degradantes como las gallinas ponedoras. Confinadas en los «cajones de parto», no pueden siquiera darse vuelta para tocar a su lechigada. En una vida como verdadera cerda, habría buscado un lugar de privacidad donde parir. El aburrimiento y el confinamiento constante conducen a los animales al típico comportamiento neurótico de moverse hacia atrás y adelante, mordiendo las barras que las aprisionan. Según el director de la Granja Híbridos Argentinos (1), el proceso de reproducción es el siguiente: «En el laboratorio se retira el semen de los 12 machos con los que inseminan a las 1000 madres del predio. Por extracción se obtienen entre 20 y 30 dosis para fecundar a 10 madres una vez por semana. Cuando se registra el primer celo tras el destete, la cerda vuelve a ser inseminada y el ciclo se repite«. Cada madre da a luz 11 lechones. En el caso de las vacas, sólo tienen una cría por vez. Cuando los animales llegan a pesar 112 kilos -alrededor de los 6 meses de edad-, están listos para ser enviados al matadero.

Los productores hablan de su propiedad así: tienen por ej. «300 madres», como afirma el dueño de una empresa familiar del sudeste cordobés, que aspira a llegar a 500 paa el 2017. Esta «granja familiar» elabora chacinados con sus cuerpos. Los cerdos viven apretados en galpones desde donde cada semana salen entre 90 y 100 cerdos rumbo a otra empresa encargada de matarlos. Las hembras son inseminadas artificialmente, [2]

Durante el transporte el estrés no termina, y es por eso que algunos camiones poseen rampas hidráulicas para que los animales suban y bajen a nivel.

El desenlace final: se adormila al animal con un espeluznante shock eléctrico de 240 voltios para reducir la tensión, manejarlos fácilmente y abrirle el cuerpo para al sangrado horizontal.

 

En cuanto al suministro de alimentos, las raciones para un criadero de ciclo completo consisten en un 80% de maíz y 20% de soja. El sector consume un total de 750.000 toneladas de granos. La mayor parte de los cerdos se matan alrededor de los seis meses de edad.

La Asociación Argentina Cabañeros de Porcinos (Argentina) ha considerado que la cría «a campo» (no intensiva) es una alternativa sustentable que demanda un cuarto de las inversiones que necesita la cría en confinamiento, siendo por lo tanto, una alternativa interesante para obtener ganancias. Considera además que tiene costos inferiores por la disponibilidad de granos, no contamina el medio ambiente y logra carne más saludable y sabrosa. Queda claro que la versión orgánica de estos cadáveres -como la de todos los no humanos destinados a servir como comida-, será provechosa para la industria explotadora.

En el comienzo de marzo de 2007 comenzaron a regir las resoluciones que establecen compensaciones sobre el precio del maíz para los feedlots y granjas porcinas. La Asociación Argentina de Productores de Porcinos, que agrupa a las principales granjas agroindustriales -como Aceitera General Deheza, frigorífico Paladini, Williner (lácteos) e ingenio Ledesma, dió el beneplácito a esta normativa ya que permitirá recortar el costo del maíz y soja destinados a la producción de carne. La matanza de cerdos subió un 14% entre el primer semestre de 2007 en comparación con igual período de 2006. Pasó de 1.350.000 individuos a 1.540.000, según datos de la Secretaría de Agricultura de la Nación. Este aumento obedece al aumento del consumo, incentivado por la misma Secretaría y por la AAPP, el cual pasó de un promedio mensual de 6,60 kilos por habitante por año en el primer semestre del año 2006, a 7,33 kilos en el primer semestre de 2007. En el 2007, el consumo de carne fresca subió un 100%, pasando de 2,5 a 5 kilos por habitante. El consumo total de productos de este rubro se incrementó un 40% por habitante, según datos aproximados de la Asociación Argentina Productores de Porcinos (AAPP). Se invirtieron unos $800 000 en el 2007 en la campaña «Hoy comemos», para la promoción e incentivo del consumo de cerdos.

El consumo de carne porcina mantiene una firme tendencia creciente, con 9,8 kilos per cápita en la Argentina, 23% más respecto al 2012. En Argentina hay 176 mataderos [3], mayormente ubicados en la región central del país. En Carnerillo, Córdoba, se abrió un Centro de Experimentación en Nutrición Porcina, del laboratorio BioFarma, con su primera etapa inaugurada en el año 2013, la Unidad Experimental de Recría, una sala de destete para unos 240 animales. Otro gran laboratorio que provee alimentos para cerdos y otros animales no humanos es la empresa ENSOLPIGS S.A., con uso de lácteos para las primeras fases de su muy tecnologizado programa de alimentación.

El aumento del precio de la «carne roja» (bovinos), hizo que muchos incrementaran el consumo de aves y porcinos. Pero se asegura que más allá de la suba de precios, el consumo de aves y cerdos va a aumenta en los póximos años. En el caso de los porcinos, el aumento sería del 50%, pasando de 10 a 13 kilos al año por habitante. (4)

Siguiendo la curva de consumo de años anteriores, la producción y matanza de cerdos creció más de un 5% durante la primera mitad de 2020, a comparación del 2019. Como así también, se exportaron 17.856 toneladas de carne de cerdo a China, Rusia y Hong Kong, logrando criar más animales y con mayor peso para asesinarlos. (5)

En nuestro país, se busca fomentar el consumo. Mientras que se está elaborando desde múltiples sectores políticos y económicos, el proyecto de inversión de capitales de China para duplicar la actual explotación de hembras reproductoras. Con una producción intensiva “en confinamiento”, se hacinarán 300.000 cerdas en 25 plantas siendo violadas y pariendo sus hijos en un ciclo interminable de sufrimiento y muerte.

La esclavitud animal es un genocidio inconmensurable que acaba día a día con la vida de millones de animales en todo el mundo.

El futuro es vegano, si vos lo querés. 

Notas
(1) La Nación, 3/03/2001, Suplemento Campo.

(2) Clarín, 13/2/2016. Suplemento Campo, p.6.

(3) Anuario 2012. MAGyP.

(4) Clarín, 12/2/16, p 25.

(5) La Prensa, 05/08/2020. Suplemento Economía.