Sus cuerpos: patos
Nacidos para el medio acuático, los patos prefieren pasar la mayor parte del tiempo nadando y jugueteando en el agua. La cría intensiva los apila de a siete por metro cuadrado si es sobre suelo sólido y de ocho si es sobre tablillas o alambres. Estas son las recomendaciones de los criadores. De acuerdo con eso, los reglamentos oficiales de Bienestar Animal de países como Gran Bretaña, por ejemplo -donde hay leyes «que los protegen»- declara que el sistema debe ser apropiado para la salud y necesidades del comportamiento de los patos, para luego recomendar la cría y engorde sobre suelo de alambre y establecer que «el agua no es una necesidad».
Producción de paté de foie gras
Es obtenido a partir de sus hígados previa aplicación de tortura en el animal.
En una granja típica los animales son mantenidos en pequeños cajones donde ni siquiera pueden moverse. En esa situación de pánico generalizada los trabajadores sujetan el cuello de a un pato por vez, obligándolo a ingerir cientos de kilos de maíz partido mezclado con agua, sal y aceite. El procedimiento se realiza colocando un tubo metálico o un gran embudo dentro de sus gargantas con el fin de que llegue hasta el estómago.
Durante un mes los patos son alimentados por la fuerza de 3 a 5 veces por día. De esta manera sus hígados llegan a crecer hasta 10 veces más que su tamaño normal, desarrollando una lipidosis hepática. El deseo de vomitar es impedido atando una venda elástica alrededor de sus gargantas. Las infecciones son inevitables, así como también la ruptura de sus estómagos, lo que conduce a una muerte muy lenta y dolorosa. Aquellos que sobreviven son sacrificados poco tiempo después.
La alimentación forzada puede dañar la faringe y el esófago tan seriamente que los patos no son capaces de comer por su propia voluntad. Es probable que el alimento entre en los pulmones causándoles pulmonía. Muchos animales no pueden caminar o estar parados debido al enorme peso al cual son inducidos.
Unicamente se utilizan a los patos machos para la producción de foie gras, porque se consideran más capaces de aguantar las 4 semanas de tortura y porque producen hígados más grandes. Los pequeños patos del sexo femenino son tratados como basura. Ni bien nacen, son asesinados.
Considerado como una «delicadeza» en muchos países, el foie gras es un órgano estropeado y de consistencia pálida muy alto en grasa saturada. Se paga, en suma, por un grasoso hígado enfermo. Francia produce la mayor parte de las más de 20.000 toneladas de foie gras que se consumen anualmente en todo el mundo. Otros productores importantes son: Hungría, Bulgaria, España, China y Estados Unidos.
En 1991, PETA investigó la producción de foie gras dentro de las empresas Commonwealth, situadas en Nueva York. Se documentó con fotos y videos todo lo que sucedía allí dentro. A pesar de varias demandas presentadas por la organización, la situación no se modificaba. Un año más tarde la compañía Commonwealth fue acusada de crueldad hacia los animales. Finalmente, se retiraron los cargos criminales contra la compañía debido a la presión del sector agrícola-ganadero y el soborno al juez de la causa. El caso se archivó. Pocos países lo han prohibido. Pero nadie obliga a ingerir esta tortura.
Poco tiempo después de este suceso, más de 40 veterinarios de Nueva York firmaron una declaración en la que consta que la producción de foie gras debe ser prohibida porque constituye una neta forma de crueldad animal. En países como Alemania y Polonia ya se prohibió. Varios restoranes y empresas aéreas importantes acordaron dejar de servir este alimento debido a la crueldad implicada en su producción.
Actualmente, productores y ONG´s animalistas por igual declaran sus preocupaciones por el bienestar animal, que se ha vuelto bandera de Asociaciones como Interpalm que solo en España nuclea a 25 granjas, 6 mataderos y 9 plantas de “transformación”, dándole sostén a la cadena de explotación de patos y gansos desde la cría, matanza, fraccionamiento de sus cuerpos y comercialización contando con el aval del Ministerio de Agricultura desde el 2010.
En 2019, España crió más de 1.000.000 de patos y ha producido más de 600 toneladas de foie gras, exportándolo a todo el mundo, incluido nuestro país.
En Argentina, desde el 2013 el SENASA prohibió la producción de foie gras por crueldad animal, calificando la alimentación forzada como una metodología aberrante pero no prohibió su importación y comercialización.
La Federación Europea del Foie Gras se jacta de producir alrededor del 90 % del foie gras del mundo. En 2019, la UE ha producido cerca de 22.700 toneladas de foie gras (21.550 toneladas de foie gras de pato y 1.150 toneladas de foie gras de ganso).
El foie gras constituye un vergonzoso uso de los recursos. Inmensas cantidades de cereal, que podrían destinarse a evitar la muerte de personas que mueren de hambre, son utilizadas para producir este artículo lujoso.
Foie gras. Hígado graso. La cruel delicadeza.
Mientras que en Argentina la cría y matanza de patos se realiza con la finalidad de obtener carne y/o huevos en granjas familiares, abasteciendo el mercado interno demandado por frigoríficos, restaurantes y grandes granjas.
Las especies que se utilizan principalmente para vender sus cuerpos son el pato Pekín, Muscovy (pato criollo o de Berbería), pato Mulard usado para producir carne y “apto” para foie (cruza de pato de Berbería con el Pekín o razas locales).
Para producir huevos se explota al pato criollo o pato Kaki Campbell (344 huevos al año), que es utilizado también para producir carne.
Cuentan con orgullo los productores, que el pato criollo en solo 120 días alcanza los 4kg., luego de una vida poco demandante de alimento balanceado hecho de maíz, expeller de soja y alimentos de “pollos parrilleros” para acabar comiendo insectos y desperdicios en el campo, sin generar gastos extras y maximizando las ganancias.
En 2018, cada pato vivo se vendía en alrededor de $500, los jóvenes en $400 y los viejos, más caros. Actualmente, la oferta varía entre cerca de $1500 los más jóvenes y cerca de $3000 cada adulto.
Como ingreso adicional, destacan los criadores que aprovechan la venta de plumas utilizadas en trajes de carnaval, artículos para pesca y artesanías.