Osteoporosis y calcio

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La prevención y tratamiento de la osteoporosis es uno de los principales argumentos que usan las empresas lácteas en su intento de asegurar el consumo de sus productos que, “rebosantes” en calcio, prevendrían y hasta revertirían la situación de los huesos. No voy a hablar en este artículo de los problemas asociados a los lácteos “más de 100 enfermedades diferentes producidas a través de por lo menos doce mecanismos fisiopatológicos perfectamente identificados”, ni tampoco del tipo de calcio que se incorpora con estos productos y su consiguiente trayectoria dentro del organismo humano. Partiendo de la base de que hay excelentes fuentes de calcio asimilable en los alimentos vegetales, hay que destacar la falsa asociación entre osteoporosis y carencia de calcio.

La osteoporosis se caracteriza por la fragilidad de los huesos, incrementándose el riesgo de fracturas, usualmente de las muñecas, la cadera y las vértebras, y el dolor crónico como secuela. Se ha asociado recientemente a la enfermedad de Alzheimer.

El hueso está compuesto por una docena de minerales. El calcio es uno de ellos. En relación a la osteoporosis, lo peor que se puede hacer es suplementar con calcio, que además desbalancean el equilibro mineral del organismo. Tampoco sirve suplementar con las drogas habituales, pues éstas matan a los osteoclastos, las células que junto con los osteoblastos constituyen los huesos. Los osteoclastos son los encargados de matar a las células viejas para la regeneración de las nuevas, un proceso constante en los huesos. Así que cuando sólo quedan osteoblastos, los huesos están más densos pero no más fuertes, y perdieron la posibilidad de reajustarse a las fuerzas que a diario actúan sobre ellos en un continuo intercambio dinámico. Además de los importantes efectos colaterales de estas drogas probadas como siempre en animales no humanos, los riesgos de fracturas continúan. El exceso de calcio además está asociado a la calcificación de las arterias, disfunciones renales y obesidad, entre otras enfermedades importantes.

La alimentación vegana con alimentos saludables está como siempre a favor de nuestro cuerpo.

Lo mejor que se puede hacer es incorporar minerales fácilmente asimilables, como aparecen, por ejemplo, en las sales sin refinar, la sal sin procesar o la sal rosada del Himalaya. Fuentes muy asimilables de minerales y de vitamina K2 “una vitamina también importante para los huesos”, se encuentran en los jugos vegetales preparados con alimentos orgánicos frescos. Un poco de ejercicio y sobretodo, un poco de sol, fuente de toda la energía que también asimilamos a través de las plantas.