La piel de otros I
Cuero vacuno
Proviene en su mayoría de vacas jóvenes, terneros, e incluso terneros no nacidos. No es un «subproducto» de la carne en realidad, pues supone un porcentaje de alrededor del 10% del «valor de mercado».
Desde Europa los cueros crudos son llevados a las curtiembres de los países del Tercer Mundo desde donde retornan curtidos, para lo cual se utiliza, entre otras sustancias peligrosas, una gran cantidad de cromo, parte del cual queda en el cuero mientras que la otra va a parar al agua residual, contaminándola. Los obreros tienen bastante más cantidad de cromo en sus cuerpos que el resto de la población, responsable de los altos índices de cáncer entre los mismos. En Europa nadie quiere hacer este «trabajo sucio».
En Las Toscas, provincia de Santa Fe, Argentina, el diario decir del pueblo transita un vocabulario asociado a la muerte: cromo, fenoles, sulfuros y lluvia ácida, anilina, cáncer, leucemia, afecciones respiratorias y de piel. Según informe del diputado Miguel Bullrich al Ceride (Centro Regional de Investigación y Desarrollo de Santa Fe), el nivel de cromo en la salida de aguas ya tratadas es cuatro veces y media superior a lo permitido. Los análisis efectuados en la población arrojan la presencia de cromo en orina en valores que exceden con creces los aceptados. Es un claro caso de contaminación tóxica.
El proceso de teñido estabiliza el colágeno o las fibras proteicas, por lo que impide la biodegradación del producto final.
El Centre for Disease Control and Prevention (Centro para el control y la prevención de la enfermedad), EE.UU., encontró que la incidencia de leucemia entre los residentes cercanos a una fábrica de teñidos e Kentucky era 5 veces superior al promedio de EE.UU. De acuerdo a un estudio del New York State Departmente of Health, más de la mitad de todos las víctimas de cáncer testicular trabajan en fábricas de teñidos.
La industria del cuero usa cantidades masivas de energía, comparable a la del aluminio, el papel, el acero, el cemento y la manufactura de petróleo. No es nada «ecológica».
Otros cueros
A veces provenientes de especies en peligro, como víboras, escuerzos y cocodrilos. Los reptiles suelen ser despellejados vivos.
Lana
En todos los casos se busca el mayor rendimiento, por lo que aparece cierto sufrimiento «necesario», por ejemplo por el uso ya habitual del esquilado a gran velocidad, con sierras eléctricas, que le ocasiona heridas sangrantes. Se hace en la época de mayor pelaje, por lo que muchas mueren de frío.
En algunos países como Gran Bretaña, que produce aproximadamente un tercio de la producción mundial, están asociadas a la industria cárnica. Los animales suelen sufrir de una de las enfermedades más dolorosas de las ovejas, «los pies podridos», una infección que pudre sus pezuñas, las que, al desprenderse, hacen andar a las ovejas sobre sus rodillas. En Australia, uno de los mayores productores de lana merino, hay alrededor de un millón de pérdidas anuales por la exposición pos-esquilada. Las ovejas también suelen morir por la infección que les producen los huevos de las moscas depositados en sus anos y genitales o en heridas no cicatrizadas.
La cría intensiva alcanzó a las ovejas usadas para obtener lana. Esto significa vidas privadas de movimiento, castraciones, cortes de cola, bandas de carne cortada en los cuartos traseros (para impedir que las moscas depositen sus huevos), todo hecho sin anestesia.
Angora
Los conejos son criados en forma intensiva para quitarles el pelo. Los machos son con frecuencia matados al nacer debido a su menor producción.
Seda
Es el hilo que los «gusanos de seda tejen para hacer sus capullos, de unos cuatro mil metros cada uno, aunque sólo se utilizará menos de la cuarta parte para la producción industrial de seda y el resto se destinará a hilo de calidad inferior. Como es necesario que el capullo esté intacto, son cocidos con el animal adentro.
Fieltro
Usualmente se obtiene de la lana, pero puede provenir de la industria peletera, con frecuencia de la piel del conejo.
Plumas
Provienen de animales destinado a comida o se les arranca las plumas de un tirón, tortura que el ganso o el pato, inmovilizado brutalmente, tiene que soportar de nuevo cuando recupera las plumas. El dolor es comparable a la arrancada de grupos de cabellos en un humano. Cuando no producen más, se les mata.