Derechos animales

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Todos los animales merecemos respeto

Los animales no humanos son discriminados en función de la especie a la que pertenecen, lo que se conoce como ESPECISMO o prejuicio de especie. Este prejuicio es útil al mantenimiento de su esclavitud. Cualquier característica que se tome es arbitraria para justificar moralmente la dominación y la esclavitud animal no humana. Es el especismo la verdadera razón que lleva al humano a creerse con el derecho a convertir a otros seres sintientes en cosas de su propiedad. Este es el prejuicio que impide hoy por hoy respetar a los animales. Sobre un prejuicio similar se asentó la inferioridad de la raza negra para convertirla en esclava al servicio de los blancos. El esclavo era “cosa” legalmente considerado. Sobre otro prejuicio parecido se asentó también la superioridad del hombre respecto de la “cosa” mujer. Ideas muy convenientes para algunos. En el caso de la discriminación en relación con la especie, hablamos de “especismo”. El especismo pone en un pedestal al humano permitiendo la esclavitud animal. La barrera especista coloca por un lado a los humanos y por otro a los animales, como si nosotros no fuéramos, también, animales.

La capacidad de sentir es el fundamento de la igualdad animal

Cualquier ser con capacidad para sentir tiene interés en vivir y en no ser convertido en objeto al servicio de otros. Y ese interés no debería ser dejado de lado por el hecho de que no son humanos. Para cada ser sintiente su vida es importante y merece respeto. No importa cuál pueda ser su grado de inteligencia a los efectos de atribuirle consideración moral. No importa tampoco su grado de utilidad para los humanos o si es capaz de tener «deberes» hacia otros para atribuirles esta consideración. Lo que más necesitan, de hecho, es estar libres de obligaciones hacia nosotros: dejar de ser recursos para fines humanos. Esto comienza con la práctica diaria del veganismo. Significa en la práctica una idea básica que es mucho más sencilla de lo que se cree. Elimina el sufrimiento al obrar sobre la causa que lo genera. Es mucho más eficiente y práctica que cualquier reforma bienestarista, la cual no cuestiona la dominación sobre otros seres y mantiene la aceptación del uso de los otros animales.