Defectos de nacimiento
Ray Greek | octubre 2005 | ©Traducción actualizada: Ediciones Ánima.
El libro de Pediatría de Nelson establece que «mucho de nuestro conocimiento de fisiología fetal ha sido obtenido de los animales y frecuentemente no es aplicable al hombre». Los defectos de nacimiento continúan aumentando a pesar de los billones de dólares de inversión pública y privada. Una de las causas de los defectos de nacimiento es la medicación. Los animales han sido usados por años para el estudio de los medicamentos y los defectos de nacimiento. Pero, ¿predicen realmente los defectos de nacimiento? La ley de Karnofsky establece que cualquier medicación o substancia puede ser teratológica (causante de defectos de nacimiento), si es dada a la especie correcta, en el momento justo de desarrollo y en las dosis correctas. Por lo tanto, cualquier medicación puede causar defectos de nacimiento en algunas criaturas. En 1963 Lancet había publicado lo siguiente:
En realidad el peligro es que, no habiendo encontrado efectos teratológicos en un ‘número suficiente de diferentes especies de animales de laboratorio’, uno no puede estar aún seguro de los efectos en el feto humano, que es el fundamental propósito de la investigación.
No hay lugar donde esto sea más evidente que en el Physicians Desk Reference (PDR). El PDR es ahora un libro ubicuo para el profesional de la salud y para público lego. ¿Ha consultado alguna vez el libro a fin de verificar si una medicación es segura para usar durante el embarazo? La respuesta es usualmente:
Los estudios de reproducción han sido desarrollados en ratas, conejos y ratones en dosis seis veces superiores a la dosis humana y no revelaron evidencia de perjuicio alguno para la fertilidad o daño para el feto como consecuencia de la droga. No hay sin embargo ningún estudio adecuado y bien controlado en mujeres embarazadas. Porque los estudios de reproducción animal no siempre predicen la respuesta para los humanos, la droga no debería ser usada durante la gestación a no ser que sea claramente necesaria. (1993 PDR).
Leyendo el PDR vemos cuantas veces esta respuesta u otra similar es dada con respecto a una medicación. Las pruebas con animales no proveen respuesta. Un ejemplo de esto es la aspirina. La aspirina es segura para las mujeres embarazadas pero causa defectos de nacimiento en los chanchitos de guinea, en los monos, ratas, gatos, perros y ratones. La estreptomicina, la insulina y la penicilina son también seguras en mujeres en gestación mientras que causan defectos de nacimiento en los animales. En 1978, el Doctor Ralph Heywood estableció:
Hay una fundamental carencia de conocimiento de la patogenesis de la mayoría de las malformaciones y además la extrapolación al hombre ha sido hecha con reserva y cuidado. Los resultados negativos no pueden ser usados para predecir que un agente carecerá de efecto teratológico en el hombre. Sorprendentemente pocos componentes han sido identificados como teratológicos para el hombre aunque un gran número, incluídos la aspirina, los esteroides, la vitamina A y B, la insulina y la hidantoína han sido revelados como teratológicos en ratas.
En 1984, el Doctor Lasagna estableció,
Los falsos positivos y los falsos negativos abundan. Una vez que uno ha establecido que una droga es teratogénica para el hombre, es usualmente posible encontrar, retrospectivamente, un modelo adecuado. Intentar predecir la toxicidad en el humano, que es de lo que este juego se trata, es otra cuestión aparte. La cortisona es un potente malformador en el conejo y en el ratón, pero no produce malformaciones en la rata. La carbutamida produce malformaciones en los ojos de las ratas y ratones, pero en los conejos produce malformaciones faciales y viscerales.
El mejor ejemplo de esto pueden ser los estudios publicados en 1992. La FDA y el Consejo de Calidad Medioambiental, recolectó información admitiendo lo siguiente: La predicción de la teratogénesis está mejor desarrollada en los siguientes ejemplos de modelos animales: el ratón arrojó un resultado correcto el 85% de las veces, seguido por la rata con el 80%, el conejo con el 60%, el hámster el 45% y el mono el 30%. ¿Suena razonablemente correcto? Desafortunadamente, cuando los mismos métodos eran usados para predecir substancias que no causan defectos de nacimiento, la lista básicamente se revirtió por sí misma. Los ratones y los hámsters predicen correctamente los resultados un 35% de las veces, las ratas un 50%, los conejos un 70% y los monos un 80%. Cuando usted promedia la posibilidad de predecir un agente teratológico con la posibilidad de predecir un agente no teratológico, las diferencias son de alrededor del 50/50 con cada especie. Arrojar una moneda nos da el 50/50 de posibilidad. No cuesta nada de dinero arrojar una moneda. Los científicos han reconocido esto por años. En 1980, el Doctor Yaffe estableció:
Los experimentos con animales han producido considerable información concerniente a los efectos teratológicos de las drogas. Desafortunadamente, estos resultados de los experimentos no pueden ser extrapolados de especies a especies o incluso de raza a raza dentro de las mismas especies, mucho menos de humanos a humanos.
Los defectos de nacimiento afectan a 150.000 bebés por año. El costo médico de cuidado para los niños con defectos de nacimiento está por arriba de $1.000.000.000.00 anualmente. El CDC condujo un estudio entre 1979 y 1989. De ellos resultaron 38 nacimientos defectuosos. Durante este período de tiempo, 27 de los nacimientos defectuosos en realidad aumentaron en la población de Estados Unidos. 9 no cambiaron y solo 2 decrecieron en incidencia. Por lo tanto ¿qué están haciendo los científicos para frenar esta tendencia? La March of Dimes (MOD) ha donado más de $2.5 millones de dólares para lo siguiente: Los científicos deseaban estudiar los efectos de la cocaína en el aprendizaje de los bebés que estuvieron expuestos a la misma. En lugar de estudiar bebés humanos que desafortunadamente hubiesen nacido de madres consumidoras de cocaína, ellos decidieron estudiar ratas preñadas. Los científicos tienen desafortunadamente demasiada información sobre esta clase de cuestión. Pero MOD decidió invertir en este proyecto de todas formas. Los científicos encontraron que el consumo de cocaína materna influenciaba el aprendizaje de ratas hembras pero no de los machos. Interesantemente en otro estudio se encontró que las ratas machos se afectaban y no las hembras. Así que hay mucho para estudiar sobre el aprendizaje de las ratas. Los efectos de la cocaína en los bebés humanos están también documentados. Es absolutamente evitable el defecto de nacimiento. Como contribuyentes nosotros a menudo recibimos la información de que nuestra única elección es la vida de un animal de laboratorio o la vida de un niño. En realidad, nuestra elección es la ciencia buena o la ciencia mala.
En otras palabras dice el Doctor Anderson,
Es necesario reconocer que además de significar una tragedia personal para las familias, las anormalidades congénitas ahora son un problema mayor para la salud pública. La evidencia de un efecto en ratas no es también la evidencia de un efecto en humanos.
El sentido común nos dice que las prescripciones de medicamentos a una paciente en gestación deberían ser suministradas solamente si la droga es absolutamente necesaria. Aunque esto es algo de nuestra mentalidad de «tomá una pastilla», salvaríamos muchos bebés de los medicamentos potencialmente peligrosas. En el libro Monitoreando la seguridad de la droga, el Doctor Smithells establece:
Ante la ausencia de pruebas útiles sobre la terotología, los médicos clínicos han aceptado la responsabilidad de exponer la droga en la primer etapa de gestación, en el caso de que los médicos estuviesen convencidos de las deficiencias de las pruebas de teratología en animales, podrían tomar la responsabilidad más seriamente.
El Doctor Smithells continúa,
Los extensos estudios reproductivos de animales a los cuales todas las drogas nuevas están ahora sujetas son más un ejercicio de la naturaleza de las relaciones públicas que una contribución seria a la seguridad de la droga.
Y el Doctor Hawkins, profesor de Obstetricia, establece:
La gran mayoría de los estudios toxicológicos prenatales parecen convenir para la protección médico-legal de las casas farmacéuticas y como protección política de los cuerpos de regulación oficial más bien que para producir información que podría ser valiosa para la terapia humana.
El Doctor George Lin escribió en la Revista de Toxicología in vitro:
No hay un modelo animal ideal para extrapolar los resultados teratológicos al humano porque la sensibilidad de las especies es diferente.
1.3 millones de madres reciben inadecuado cuidado prenatal cada año. Casi todos o todos los químicos que causan defectos de nacimiento fueron descubiertos secundariamente en estudios epidemiológicos humanos. Los efectos de la Talidomida, el síndrome de alcohol fetal, el síndrome fetal de la hidantoína, los efectos del DES, los efectos del mercurio, la espina bífida, la deficiencia del ácido fólico, el síndrome de rubéola fetal, y otros fueron todos identificados en estudios epidemiológicos y no en experimentos con animales. La conexión entre la rubeola materna y los defectos de nacimiento fué descubierto en estudios epidemiológicos en Australia en 1941. Se descubrió que las cataratas en los recién nacidos fueron en aumento luego de una epidemia de rubeola. El efecto de la radiación en el feto fue descubierto por los estudios epidemiológicos entre 1958 y 1962. El cáncer causado por la radiación en el feto no pudo detectarse en los estudios con animales. El riesgo de retinopatía del prematuro que causa ceguera en los recién nacidos puede ser disminuído dándole solamente tan poco oxígeno como sea posible por un período corto de tiempo mientras se pueda a los bebés prematuros. Esto no siempre previene la ceguera pero disminuye las posibilidades de desarrollarla.