Bushmeat: cuerpos de animales salvajes

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En África se come y comercializa carne de todo tipo de animales salvajes. Se denomina bushmeat, e incluye especies como elefantes, gorilas, chimpancés y otros simios, cocodrilos, puercoespines, etc.

Para muchas poblaciones de África que viven en la línea de la pobreza y la miseria, es considerada como un recurso para obtener mínimos ingresos. En muchas áreas, también representa una fuente de proteína, y es más económica que las otras carnes domésticas. Por ejemplo, en Zimbabwe la carne de animales salvajes cuesta un 75% más barata que la carne de animales domésticos. Y esto empuja a cazar más y más. En las grandes ciudades de África central, como Libreville, Kinsasa, Franceville u otras, dicha carne es considerada un plato de lujo de la alta sociedad. Son mercados ilegales tanto a nivel nacional como internacional, llegando a ser el pollo congelado importado de Brasil mucho más económico que la de mono o pangolín.

La deforestación y la pérdida del hábitat constituyen las causas principales de la extinción de la fauna en África. Sin embargo, la caza comercial se ha convertido ahora en la amenaza más significativa. Los cazadores no hacen distinciones, y es por ello que ya se produjeron extinciones locales en Asia y en el oeste de África. Incluso existen zonas en los bosques que están relativamente intactas, donde no se encontró una vasta cantidad de animales. Esto es conocido como el «Síndrome del Bosque Vacío».

De acuerdo a las investigaciones, la caza también se está extendiendo a las áreas protegidas, donde actualmente el comercio de bushmeat constituye la actividad ilegal mas grande y deja ganancias millonarias para las grandes empresas que la venden como manjar exótico a restaurantes de todo el mundo. Con la reducción de las especies mas populares tales como el búfalo, ahora los cazadores han centrado su atención en otras especies como la cebra y el hipopótamo.

En la región del Congo, en África Central, existen especies de árboles muy valiosas ubicadas a lo largo de algunos bosques. Para encontrar y derribar esos árboles, la industria maderera construye numerosos caminos y carreteras, por lo que la tarea para los cazadores resulta mucho más fácil. El gran número de gente contratada por esta industria, consume mucha más cantidad de carne de animales salvajes que las familias pobres de la región. Esto se debe a que poseen el dinero para comprar armas, poseen el acceso inmediato a los bosques para realizar la caza y, vehículos para transportar la carne. Asimismo, éstas personas facilitan el aumento del comercio ilegal cobrando dinero a toda aquél que desee iniciarse en esta cruel actividad. Según la FAO, allí se consumen entre 4 y 5 millones de toneladas al año de carne de animales silvestres.

Cabe aclarar que la ausencia de animales salvajes debido a la caza intensiva, conducirá a la pérdida de depredadores como el leopardo, los gatos salvajes, las grandes culebras y los pájaros de presa que dependen de ellos para alimentarse. A largo plazo, esto tendrá una enorme influencia en la desaparición de muchas especies de plantas, y la alteración de la estructura y función del bosque, entre otros problemas.

Las poblaciones urbanas en África Central y Occidental están creciendo a un ritmo del 2 al 4% por año. Esto significa un drástico aumento en la demanda de carne de animales salvajes. De acuerdo a la Dra. Jane Goodall, el pronóstico para los próximos 20 años es más que alarmante: Desaparecerán todos los chimpancés y otras especies en peligro en África y alrededor del mundo.

Por otra parte, los gobiernos de África hacen poco y nada para frenar estas matanzas. Existen leyes de conservación tanto a nivel nacional como internacional, pero lo que falta es capacidad de implementación. El apoyo financiero es totalmente inadecuado, así como también el personal y la infraestructura. La conciencia y la acción comenzó a fines de la década del 90, a raíz de la financiación de una comitiva de estudios y los esfuerzos de algunas ONG y unos pocos individuos claves. Ahora, Los gobiernos de las naciones desarrolladas y, en particular las agencias de ayuda multilateral, deben comprometerse al máximo. Ellos, junto a las donaciones de empresas y fundaciones, deben proporcionar los recursos financieros y humanos necesarios para encontrar soluciones viables a esta crisis.

Con la crisis mundial que causó el Covid-19, Gabón prohibió por decreto el consumo de murciélago y pangolín, ya que se los tuvo en mira como supuestos causantes de la transmisión del nuevo coronavirus. Los expertos señalan que el consumo de animales silvestres además de generar un impacto gravísimo en la biodiversidad, pueden llevar patógenos infecciosos a los consumidores humanos que la venden y consumen sin ningún tipo de control sanitario. Según la Red Mundial de Enfermedades Infecciosas y Epidemiología (GIDEON), entre los años 1980 y 1985 hubo casi 1.000 brotes excepcionalmente fuertes de enfermedades de origen zoonóticas, mientras que, durante el período de 2005 a 2010, casi tres veces más. Si bien se plantea que es preferible el consumo de carne de animales de criaderos, en China y en Alemania se registraron durante 2021 en factorías de cerdos casos de PPA (peste porcina africana).

En América del Sur la situación no es muy distinta. En la región amazónica comerciar y consumir animales silvestres también es una práctica muy frecuente, que ha ido creciendo en las últimas décadas debido a la urbanización. En Orellana, la comercialización de carne de animales silvestres es una problemática aún mayor que la del tráfico de animales vivos. Son víctimas comunes animales como las guantas (Cuniculus paca), guatusas (Dasyprocta fuliginosa), sajinos (Pecari tajacu) y armadillos (Dasypus novemcinctus y Dasypus kapleri). En el mercado local de Pompeya, zona de la Amazonia ecuatoriana, entre 2005 y 2007 se comercializaron unas 10 toneladas de carne de animales silvestres, mientras que en 2011 se incrementó a 19 toneladas, según el quinto Informe Nacional sobre la Biodiversidad Biológica que publicó en 2015 el Ministerio de Ambiente.

Durante los primeros días de enero de 2022 un conocido show televisivo de gastronomía en Ecuador desafió a los concursantes para que emplearan carne de venado, tiburón, cocodrilo (de una especie conocida como babilla), y capibara (conocida también como carpincho) durante las grabaciones de dicha edición. Si bien se comprobó que la grabación en realidad se realizó en Colombia, donde hay criaderos pero solamente de capibara. Estos animales se encuentran en diferentes categorías de amenaza, peligro o extinción. Numerosas organizaciones gubernamentales y no gubernamentales de este país y otros países latinoamericanos reaccionaron recordando que es un delito la matanza, comercialización y consumo de carne de estos animales que pertenecen a especies protegidas.

En Argentina se cazan numerosas especies silvestres, la gran mayoría “protegidas” por encontrarse en peligro de extinción. Mientras que otras son víctimas del tráfico como especímenes vivos (especialmente los pájaros), al no existir tanta concientización al respecto en la población ni compromiso gubernamental como en otros países latinoamericanos; no se conocen cifras oficiales del flujo ilegal de toneladas de carne para consumo proveniente de animales silvestres en territorio argentino.

Última actualización: 6-2-2022