Poner en media taza de agua la levadura, la sal, el azúcar y las semillas de sésamo.
Colocar en un bol grande la harina y agregar el aceite y la media taza de agua. Mezclar con una cuchara de madera mientras se va agregando el resto del agua.
Una vez que la masa ya no se adhiere a la mano, amasar con la mano abierta durante un mínimo de 15 minutos. La idea es amasarla como si fuera un pan, aireándola bien y dándole unos golpecitos contra la mesada. La masa tiene que quedar húmeda (sin que se pegue a las manos) y levemente quebradiza.
Como es una tarta, se preparan dos tapas. La de abajo un poco más grande, para que se solape sobre la de arriba. Para estirarlas es necesario amasarlas con palo. Ir estirándola y doblándola varias veces para que quede más hojaldrada.
Colocar en una fuente honda aceitada. Poner el relleno. Tapar. Pinchar con tenedor. Hornear a fuego moderado.