Los insostenibles argumentos especistas de la industria peletera

1. Control de la población
Primera falacia. Las especies salvajes controlan su propia población de acuerdo a la disponibilidad de comida y refugio. La caza con trampas interrumpe este ciclo y lo altera profundamente. Las especies predadoras, con bajo índice de reproducción, controlan el número total de la especie que constituye su presa. Y son las predadoras las buscadas por su piel.

Más aún: ocelotes, linces, nutrias, castores, martas y gatos ‘de Geoffrey’ han sido llevado al borde de la extinción por la caza y las trampas. La industria peletera es responsabe de la extinción de tres razas de tigres, tres razas de osos, más de una docena de lobos, la foca monje del Caribe y otras especies.

En Argentina fue una de las causas de la caza que extinguió a zorro malvinero. En peligro de extinción se encuentran:

. Yacaré Overo (Caiman latirostris).
. Yacaré negro (Caiman yacare).
. Suri Cordillerano (terocnemia pennata garleppi).
. Lobito de río (Lontra longicaudis).
. Huillín (Lontra provocax)
. Chungungo (Lontra felina)
. Lobo gargantilla (Pteronura brasiliensis)
. Yaguarundí (Felis yagouaroundi) Causa: muere a golpes en las trampas puestas para yaguaretés ya que a los cazadores no les interesa su piel. También puede ser liberado pero con graves lastimaduras.
. Tirica (Felis tigrina)
. Margay (Felis wiedii)
. Gato onza (Felis pardalis)
. Yaguareté (Leo onca)
. Vicuña (Vicugna vicugna)
. Chinchilla chica (Chinchilla lanigera)
. Chinchilla grande (Chinchilla brevicaudata)

2. Control de enfermedades
Segunda falacia. Al contrario, la caza esparce la enfermedad, al interrumpir los ciclos naturales alterando todo el ecosistema. De hecho, son los animales sanos los más activos y curiosos, y por ende, los más propicios a caer en las trampas. Aumenta así el porcentaje de animales enfermos.

En 1973, un reporte sobre rabia de la Academia Nacional de Ciencia de EE.UU. informó que la utilización continua de trampas y campañas de envenenamiento como medio de control de la rabia, debían ser abolidas por ineficaces y costosas. Recomendó invertir ese mismo dinero en investigación, vacunas, educación y sistemas de prevención y compensación por pérdidas a los ganaderos, quienes a su vez forman parte de otra explotación animal sumamente interesada en las matanzas masivas de la vida salvaje que consideran una amenaza para su mercadería.

3. Supervivencia de ciertos grupos indígenas
El ejemplo más citado es el de los Inuit del norte canadiense.
Para empezar, los nativos contribuyen con el 0,25% al comercio de pieles. Para continuar, el costo de las trampas excede los ingresos por su venta. De hecho, los indígenas hacen ésto como ‘hobby’, para unos pocos pesos de ganancia. Native/ Animal Brotherhood (Hermandad Nativo-Animal), organización localizada en Ontario, Canadá, considera que el comercio de pieles europeo cambió el estilo de vida de los nativos usándolos como mano de obra barata y alentándolos a que entrampen animales, destruyendo así sus creencias tradicionales que incluían el respeto por los animales que comparten con ellos la tierra. Paul Hollingsworth, fundador de esta organización, dijo : » La supervivencia de los indígenas no es sinónimo de comercio de pieles de Canadá. La verdad es justamente lo contrario. La Historia ha mostrado que la industria del comercio de pieles activamente promueve la desintegración de nuestra cultura, un proceso que continúa hoy en día…» y «Ser forzado a matar uno de tus hermanos animales es un acto desagradabla para cualquiera de nosotros, y matar por la simple razón de hacer un abrigo de piel es verdaderamente horrible…»

4. Recurso sustentable
Simplemente una mentira. El costo energético, que además proviene en gran parte de productos derivados del petróleo, es 4 veces mayor que el requerido para producir abrigos similares con materiales sintéticos en la caza con trampas y 66 veces mayor en el caso de los animales criados en los «ranchos». Estos establecimientos, como todos los de cría intensiva en cualquier industria, son una fuente importantísima de contaminación del medio ambiente.

Por otro lado, el término «sustentable» adscribe generalmente a una ecología de base antropocéntrica que resulta insuficiente para hacer frente a los problemas ecológicos.

En suma: la industria peletera no es más que uno de los símbolos de la brutal explotación a que son sometidos millones de seres sintientes por parte de la «evolucionada» humanidad.

Cuando se respeta a los animales siempre se encuentran las mejores soluciones para no dañarlos.