La guerra contra los animales y la lógica especista

Editorial de Ánima, diciembre de 2008.

Es natural que, como principalmente los perros y los gatos conviven a nuestro lado y los conocemos bien, podemos relacionarnos fácilmente, com-padecernos y empatizar con ellos. Por eso, la atrocidad de las prácticas de experimentación y similares se nos revelan como más atroces. Al no estar separados de los Otros, nosotros mismos alienados y sumergidos en indiferencia o ignorancia, podemos entender mejor la injusticia que representa el uso de los otros animales como cuerpos de experimentación. Entonces, las declaraciones acerca de las prácticas en el Hospital Adventista Del Plata, en Puiggari, provincia de Entre Ríos, titulada La bioética en el tapete, indigna y moviliza con rapidez. Pero si rechazamos la esclavitud y la opresión de un ser sintiente más allá de nuestra propia subjetividad, lo haremos cualquiera sea la víctima.

Los mecanismos del especismo se repiten en boca del Jefe de Cirugía: «Hace 20 años que tenemos nuestra propia producción de perros cautivos»; «está todo reglado»; los residentes «no tienen alternativa». Los residentes someten a perros traídos al mundo sólo para ser manipulados, operados y condenados porque «está terminantemente prohibido realizar cirugía experimental en seres humanos». El aprendizaje al lado del cirujano experto es el verdadero camino pero se prueba con «algo» simplemente porque está moralmente admitido: los no humanos son medios para fines humanos. Y las consultadas son entidades proteccionistas que, según la nota, parece que sólo se quejan si son perros, queriendo cambiarlos por cerdos. Sinceramente, sería mejor que se identificara a esas entidades porque no creemos que esa respuesta haya sido dada con unanimidad. Y hay muchas personas y organizaciones que no opinan lo mismo.

Desde Ánima creemos que no necesitamos agregar más ni dar más respuestas que las que pueden leerse en nuestro sitio.

Editorial de Ánima, diciembre de 2008.