Cuerpos familiares

El perro no es mejor tratado que otras especies animales en el mundo. Si el asunto se disimula, es porque muchos lo han adoptado como animal de compañía, generando un sector a quien le conviene un «dueño» que pague por cuidarlo.
Mr. Homo Sapiens extingue a los salvajes y sobrecría a los domésticos para destinarlos a un circuito de tortura y muerte infernal.

Cada año 2.6 millones de perros e incontables gatos son sacrificados y consumidos en Corea del Sur. Los métodos de asesinato incluyen: colgarlos del cuello, golpizas prolongadas con caños y martillos y electrocución. Frecuentemente los gatos son hervidos vivos y los perros sopleteados para remover su pelaje y dorar su piel.El mito dice que cuanto más dolor soporten estos animales más tierna y afrodisíaca será su carne. Esta idea fue generada por los traficantes de carne de perro coreanos. El guiso de carne de perro no es una tradición coreana milenaria.

El tráfico comercial de perros para su consumo comenzó en 1980 cuando un boom en la economía coreana hizo que las carnes de ganado en su momento limitadas se hicieran accesibles. En ese momento el tráfico de carne de perro consistía en un puñado de traficantes quienes, temiendo la pérdida del negocio crearon el mito de que el guiso de carne de perro es un método de cura tradicional.

En 1980 estos mismos traficantes comenzaron con la práctica del consumo de gatos en Corea del Sur. Los animales de compañía y los abandonados son apaleados repetidas veces con martillos o metidos dentro de sacos que luego son aporreados contra el piso. Frecuentemente los gatos son echados dentro de ollas con agua hirviendo mientras están aún vivos y cocinados con jengibre, dátiles y nueces hasta que se licuan formando una pasta marrón llamada goyangi o “jugo de gato” que los traficantes sostienen que cura el reumatismo. El Dr. Kim, Sung Yun, médico y profesor investigador de la artritis reumática en la Escuela de Medicina de Hanyang, afirmó en un artículo del diario Chosunilbo “que los gatos no son efectivos en lo absoluto en el tratamiento de la artritis. Es un mito.” Sin embargo, ni siquiera las investigaciones de este estilo pueden erradicar el mito.

Aproximadamente el 30% de los perros consumidos cada año son animales de compañía robados mientras que el resto son criados por criadores de perros, individuos que realizan esta actividad como un negocio paralelo. La mayoría de los gatos consumidos cada año son atrapados en ordinarias jaulas de alambres. El gobierno coreano falló en imponer su propia ley del Ministerio de Salud de 1984, que prohibe el comercio de guiso de carne de perro considerado una comida “desagradable” y su Ley de Protección Animal de 1991 que prohibe la crueldad hacia todos los animales.

Designar a Corea del Sur como anfitrión para la Copa Mundial de Fútbol del 2002 da un claro mensaje de que el mundo acepta esta industria ilegal y esta crueldad hacia los animales. Nuevas documentaciones con cámaras ocultas mostraron la tortura de perros y gatos en violación de las leyes e incitaron a las organizaciones protectoras de animales de los Estados Unidos a demandar el fin de la masacre y el consumo de animales en Corea del Sur. “Este no es un tema de diferencias culturales», afirma Kyenan Kum, fundadora y director de Ayuda Internacional para los Animales Coreanos (IAKA). “Los coreanos compasivos y la mayoría de las personas del mundo saben que ningún animal debería ser torturado o abusado. Sin embargo los traficantes de perros y gatos coreanos están preparados para infligir un máximo grado de dolor a perros y gatos por un beneficio de la salud basado en un mito.»

El gobierno coreano reconoció este terrible sufrimiento causado por el tráfico de carne de perro cuando prohibió el guiso de carne de perro en 1984. Hoy necesitamos la ayuda de las personas piadosas en el mundo para erradicar este abuso de una vez por todas.

Texto traducido por Ánima sobre el original en inglés enviado por I.A.K.A./ K.A.P.S, 2001.

Con la conmoción global que causó el surgimiento del Covid–19, asociado al mercado de Wuhan, famoso por relacionarse con el consumo de animales exóticos, el Ministerio de Agricultura de China dejó de considerar ganado a los perros, y prohibió su cría en granjas para consumo humano. Decisión celebrada por ciertas organizaciones que dieron el visto bueno a pesar de que se publicase el catálogo de recursos genéticos y aves de corral con una lista detallada (por primera vez) de 33 especies a las que sí está permitido criarlas para matar y comercializar a los individuos que las integran. El Ministerio agrega que los perros tienen “otros usos” en sus funciones al servicio del humano: para compañía, en mano de fuerzas policiales y militares, lazarillos para no videntes, y una estrecha relación -a veces de manera lamentable para ellos- con los seres humanos.

Se excluyó a los perros del listado, pero su carne sigue siendo consumida en varias regiones del país, así como en el por las redes sociales maldecido Festival de Yulín que se celebra desde el 2009, en la ciudad homónima de China.  Algunas provincias comenzaron a ofrecer subsidios para dejar de matar perros y reemplazarlos por los animales permitidos en la lista. Circulan por Internet numerosas imágenes y videos que despertaron campañas en todo el mundo por frenar esta actividad de la que incluso el propio gobierno se desvinculó declarando que es una práctica de una minoría en la que ellos no intervienen.

Los consumidores de carne de perros y de gatos, insisten en que su carne es tan válida de consumirse como la de vacas, cerdos, pollos y otros animales. La perspectiva moral solo cambia en función de la configuración cultural de cada región.

Actualizado a marzo de 2022.