Cuerpos acuáticos

Catalogados como animales «tontos» e incapaces de manifestar dolor y sufrimiento, millones de peces son capturados con fines comerciales para el consumo humano. Además, otros miles de animales acuáticos son víctimas de la pesca deportiva, o son utilizados como forma de entretenimiento en acuarios y en las deprimentes peceras hogareñas.

Numerosos estudios científicos afirman la presencia de endorfinas -sustancias naturales producidas por el propio organismo para aliviar el dolor- en los peces, situadas especialmente alrededor de los labios y la boca. Un filoso anzuelo incrustado en su cuerpo significa definitivamente dolor y situación de peligro para un pez. Asimismo, se desesperan al ser arrancados de su hábitat natural y mueren lentamente por asfixia. Algunos peces aún están vivos cuando sus gargantas y sus vientres se cortan, lo cual implica un extremo sufrimiento.

Los pescadores comerciales de hoy utilizan barcos con equipamientos electrónicos de tecnología avanzada y comunicaciones satelitales para rastrear a sus «presas». Enormes redes ocupan la superficie marítima, tragando todo lo que se encuentra en el camino. Como resultado, es inevitable la captura «incidental» de otras especies no deseadas. Los responsables de las matanzas argumentan que esto sucede por error, pero mientras tanto la realidad demuestra otros hechos: un incontable número de pájaros y mamíferos marinos aniquilados. Por ejemplo, unos 20.000 delfines caen anualmente en las redes atuneras.

La reducción de especies marinas es cada vez mayor en todo el planeta. Debido a la ambición de los pescadores por conseguir mas «carne», se capturan más peces de lo estipulado, lo cual provoca la sobrepesca. Se estima que muchas especies marinas podrían desaparecer en la próxima década.

Acuicultura

Los peces también son encerrados en tanques, piletas, estanques y raceways: la miserable vida del cautiverio. Los cerramientos más utilizados en la cría intensiva de truchas y salmones, son los raceways, estructuras de cemento alargadas, angostas y de 1 m de profundidad, donde la corriente de agua es rápida.

Se está convirtiendo en una industria millonaria. Casi la mitad de los salmones, el 40 por ciento de los moluscos, y el 65% de los peces de agua dulce actualmente consumidos pasan sus vidas en cautiverio.

-La manipulación también significa: sistemas de alta tecnología que controlan la comida, la luz y el estímulo de crecimiento. Drogas, hormonas e ingeniería genética, son los elementos que se utilizan para acelerar el crecimiento y cambiar los comportamientos reproductivos de estos animales. Para que el negocio de la acuicultura sea provechoso, los peces se crían en confinamiento intensivo. Esta sobrepoblación provoca stress y tensión, conduciendo a los animales a brotes de enfermedad. Además de la contaminación sonora que provoca en espacios de vida silvestre, es normal que se empleen pesticidas, antibióticos y virus bacteriófagos que no solo combaten el patógeno que causa problemas en la producción, sino que pone en peligro a otras bacterias, alterando el equilibrio del medio ambiente y contaminando las aguas. Si estos peces inoculados escapan de sus jaulas al ecosistema salvaje podrían causar grandes invasiones y enfermedades a otros ejemplares autóctonos libres (1) (2).

En Argentina la producción principal es la de trucha arco iris en la región andino-patagónica y de pejerrey en sistemas extensivos en lagunas y cuerpos de agua naturales. A partir de 1994 se han sumado especies como: Tilapia, pacú, rana toro y camarón de agua dulce. En Chascomús por ejemplo, se cría el pejerrey bonaerense en granjas intensivas. La JICA es una empresa japonesa que, asociada con una empresa de biotecnología ha logrado «japonizar» la especie, introduciéndola en el mercado nipón que hoy en día la demanda con creces.

En 2015 se aprobó la Ley Nacional de Acuicultura, que se reglamentó en 2017 (3).

En el NEA, Misiones, Corrientes, Chaco y Formosa crían y asesinan más de 1000 toneladas sólo de Pacú. (Sin contar el asesinato anual de Bogas, Trucha, Surubíes, Carpas, Dorados, Sábalos, Salmones de río y Tilapia del Nilo en éstas y otras provincias). (4)
Empresas de yerba mate misioneras están engordando peces en jaulas que ubican en estanques cavados en los terrenos más bajos de sus plantaciones, para luego asesinarlos y comercializarlos congelados enteros o en pedazos (5). Mientras que Chaco combinó la producción arrocera y la piscicultura. (6)

Para Naciones Unidas, la producción de pescado prevista para la Argentina entre Pesca y Acuicultura presentaría una tasa de desarrollo cercana al 13%. (7)

En 2016, la FAO elaboró un informe sobre pesca y acuicultura, registrando que en 37 países fue mayor la cantidad de peces capturados en los campos de producción que en el medio natural. Afirmando que “seis de cada diez especies comerciales están sobreexplotadas y apenas un 30% de los océanos tienen garantizados sus recursos». (8)

Cabe aclarar que tanto en la pesca comercial como en la acuicultura, además de peces, también son capturadas y criadas las siguientes especies:

a) Crustáceos: camarón, cangrejo, langosta, etc. y

b) moluscos: calamar, caracol, mejillón, pulpo, ostras.

También, pero sólo en acuicultura, se crían anfibios (especialmente ranas) y reptiles acuáticos (yacaré).

Notas:

(1) Alejandro H. Buschmann, Chile, Diciembre 2001. IMPACTO AMBIENTAL DE LA ACUICULTURA. EL ESTADO DE LA INVESTIGACION EN CHILE Y EL MUNDO. Terram Publicaciones.

(2) Tuchin, Florencia. Revista Compromiso Empresarial, 22 de Marzo de 2019. RSC. Medio Ambiente.

(3) Clarín Rural. 5 de Septiembre de 2017.

(4) MAGyP. 2019. Producción de acuicultura destinada al consumo humano en Argentina durante el año 2019.

(5) El Territorio, 11 de Diciembre de 2009.

(6) EsChaco.com. 20 de Abril, 2015.  Informe Centro Mandela.

(7) Infobae, 15 de Julio de 2018.

(8) FAO. 2016. El estado mundial de la pesca y la acuicultura 2016. Contribución a la seguridad alimentaria y la nutrición para todos. Roma. 224 pp.